domingo, 5 de mayo de 2013

Visita Cultural Familiar a Antequera

 Conventos.
 Convento de la Encarnación. 1580.
De estilo manierista-mudéjar y repite el modelo de iglesia morisca granadina, con una sola nave cubierta con artesonados. Se trata de uno de los conventos de monjas más antiguos de la ciudad y pertenece a la orden de las Carmelitas Calzadas. De todo el conjunto monacal destaca la iglesia y fachada de la calle Tintes, donde se encuentra la puerta reglar. El exterior resulta de una enorme originalidad ya que sobre la fachada de los pies, coincidiendo con el espacio del coro alto, se eleva sobre el tejado un cuerpo de dos plantas de miradores con celosías, adosado a la espadaña barroca. La portada de acceso al templo, que fue de una gran elaboración arquitectónica según referencias escritas, solo conserva a su primitiva disposición los relieves manieristas de las enjutas que representan a la Virgen y a San Gabriel Arcángel, uno a cada lado del arco. La puerta reglar presenta un interesantísimo diseño manierista de comienzos del siglo XVII, destacando en su hornacina la hierática escultura en mármol blanco policromado de San Elías, fundador mítico de la orden del Carmelo.

*Manierismo: periodo de transición entre el Alto Renacimiento y el Barroco. Se caracteriza, en su estado más puro, por composiciones en las que se rompe el equilibrio, líneas diagonales quebradas, espacios inestables, cuerpos estilizados, extremidades raramente alargadas, cabezas pequeñas y semblante estilizado, mientras sus posturas parecen difíciles o artificiales. Gusta la línea enroscada, los colores de tintas discordantes y efectos extraños de luz. Los paisajes son irreales.
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Convento de Sta. Catalina. S. XVII.
El convento pertenece a la orden de las religiosas Dominicas.
La primitiva iglesia fue sustituida por la actual. Situada en la Pza. Coso Viejo y de estilo barroco, tiene planta de típica iglesia conventual, tan repetida en España y América; presentando una sola nave, capilla mayor y coro bajo a los pies.
En el exterior es de una gran sencillez, destacando diversos elementos de la fachada, como son la torrecilla de la esquina, la rítmica serie de celosías altas y la portada de ingreso al templo, muy simple de composición.
Su decoración interior de yeserías es de barroquismo recargado, con profusa decoración de angelitos y formas vegetales.
De las piezas que decoran la iglesia ninguna presenta mucho interés artístico, aunque contribuyen a crear un conjunto agradable y sencillo.

Convento de Sto. Domingo. Principios del s. XVII.
La instalación de los Dominicos en Antequera data del año 1586, aunque de manera provisional se asentaron en la antigua casa de la Cofradía de Niños Expositos de Nuestra Señora de la Concepción. Ya en el primer cuarto del siglo XVII comienzan las obras de la actual iglesia. De aquella época conservamos la portada principal, la armadura mudéjar de la nave central y el artesonado del soto-coro. El exterior resulta en la actualidad de una gran sencillez. La portada de estilo manierista, presenta pilastras almohadilladas, al igual que el dovelaje del arco. El segundo cuerpo lo forma una hornacina bellamente guarnecida en la que está colocada la imagen en piedra de la Concepción, titular del templo. A ambos lados se disponen cartelas con escudos de la orden dominicana.
 Convento de San José. (CARMELITAS DESCALZAS) 1707 – 1734.
Fundan las Carmelitas Descalzas de Sta. Teresa casa y convento en Antequera en el año 1632, aunque la actual iglesia se levantó entre los años 1707 y 1734.   Del conjunto del exterior destacan la portadita de regla del tiempo de la fundación y la fachada barroca de la iglesia. Esta fachada responde al esquema compositivo carmelitano, aunque resulta también de un notable paganismo en sus programas iconográficos poco acorde con el espíritu y la regla la Orden (la cual busca retornar a la vida centrada en Dios con toda sencillez y pobreza). Está realizada en ladrillo magníficamente labrado y tallado, con numerosas aplicaciones de barro cocido en las que se representa un confuso programa decorativo greco romano de sirenas, tritones, pegasos y mascarones. La planta de la iglesia es de cruz latina, de una sola nave y con los brazos del crucero poco profundos. Entre las numerosas obras de arte del interior, destacan las imágenes de Santa Teresa de Jesús, fundadora de la orden, y de San José, titular del convento.

Convento de la Victoria. 1712 – 1718.
Perteneció este edificio a los frailes Mínimos de San Francisco de Paula, que lo abandonaron tras la Desamortización, ocupando en la actualidad el conjunto la Congregación de Religiosas Terciarias, fundada por la antequerana Madre Carmen del Niño Jesús. Su fachada está realizada en piedra de sillería y se organiza en tres ejes divididos por un orden gigante de pilastras compuestas y coronado de un entablamento de fuerte clarooscuro. Sobre el ático se sobrepone a mediados del siglo XVIII una espadaña de ladrillo. La nota más característica de esta fachada es su volado balcón central y los laterales que le dan un aspecto de edificio civil. Sobre el doble arco de acceso a la iglesia cuelga un pinjante. En su interior, la mayoría de los retablos de la nave son ensambladuras doradas, de la primera mitad del siglo XVIII.

Convento de Sta. Eufemia. 1739  - 1763.
Se fundó este monasterio de Religiosas Mínimas, consagrado a Santa Eufemía, copatrona de la ciudad, en el año 1601. La actual iglesia se levantó entre los años 1739 y 1763. mezcla estilos nazarí, barroco y neoclásico, exteriormente presenta un gracioso juego de volúmenes y tejados. Su planta octogonal tiene un gran desarrollo en altura, quedando oculta en sus cuerpos bajos de fachada, debido a los volúmenes adosados. En su exterior destacan la espadaña y el camarín suspendido de la Santa titular, sobre peana y templete dorados. El alzado presenta un orden gigante de pilastras y cornisas de gran vuelo que se mezclan con elementos del dórico y del jónico. 

 Convento de Belén. 1628.
Perteneció a los Carmelitas Descalzos hasta el siglo XIX, en el que pasó a ser ocupado por las Religiosas Clarisas, quienes todavía residen en el Convento de Belén como monjas de clausura y se dedican a labores artesanales como la elaboración de mantecados y dulces en general.
Tiene una sobria fachada, labrada en piedra y ladrillo combinados. La planta es de cruz latina, con capillas laterales comunicadas entre sí y elevada cúpula en el crucero. Sobresale por su interés la riquísima decoración en el Convento de Belén de yeserías barrocas, fondeadas de azul y de las más antiguas del conjunto antequerano. La capilla mayor tiene una decoración singular con algunas imágenes de interés y un enorme lienzo de mediados del siglo XVII (La Adoración de los Pastores), atribuido en algunas publicaciones a Murillo, pero que en realidad es del hermano Fray Domingo, religioso descalzo del que nada se sabe.

Real Monasterio de San Zoilo.
Los Reyes Católicos, por Real Cédula dada en Granada el 18 de Septiembre de 1500, concedían licencia a la ciudad para ceder terreno a los Franciscanos Observantes, para fundar monasterio y huerta. La iglesia, planteada dentro del estilo gótico tardío, tiene la nave cubierta con armadura de madera y capilla mayor con bóveda de crucería, aunque todo ello muy modificado con magníficas yeserías en el período manierista. De la primitiva obra gótica se conservan todavía algunas bóvedas en las naves laterales y la grande de la capilla mayor, así como la portada de la iglesia.
A una época posterior a la fundación del monasterio pertenecen la tapia almenada del compás, con portada de fines del siglo XVI y las dos espadañas. La mayor de ellas fue costeada en parte por la ciudad en 1599; la otra se construyó ya avanzado el siglo XVIII. En el interior del templo destaca, en el techo, la armadura mudéjar de la nave central, en la que el habitual lazo se sustituye por una vistosa decoración polícroma, hoy bastante deteriorada.
Actualmente está declarado como Monumento Nacional.

Convento de Madre de Dios de Monteagudo. Principios del s. XVII.
De la orden Agustina y de estilo predominantemente barroco, debe su nombre a una imagen donada desde Montaigu (Países Bajos) por la infanta Isabel Clara Eugenia, que era gobernadora del territorio y como gesto de triunfo del catolicismo sobre el protestantismo. En 1745 sufrió un incendio que destruyó buena parte del convento, y de 1747 a 1761 se llevó a cabo la reconstrucción del inmueble, tal y como lo vemos hoy.
La zona conventual, caracterizada por una gran sobriedad, contiene un jardín y un patio trasero y organiza sus dependencias en torno a un claustro. Al convento se entra traspasando una portada de ladrillo con frontón roto, que alberga una vitrina de cristal con una pequeña imagen de Santa Rita. El claustro está centrado por una fuente barroca de caliza roja de El Torcal.  La iglesia constituye un espléndido y rico ejemplar del barroco andaluz, y en su interior predominan tanto una estructura como una decoración de estilo rococó.
Al exterior sorprende la altura de los muros de ladrillo sobre los que aún emergen los volúmenes de la cubrición de la cúpula de la capilla mayor, de forma octogonal y coronamiento con chapitel a ocho vertientes de tejas curvas, y la torre que, situada a los pies de la nave del Evangelio, constituye un muy interesante ejemplar de torre barroca andaluza. La portada, sobre el muro de ladrillo, destaca por la riqueza de sus mármoles polícromos.
 Convento de la Magdalena (actualmente Hotel de 5*).
La historia del Convento de la Magdalena, se conoció gracias a la traducción de un manuscrito monacal del siglo XVIII . Se inicia en 1.570 con la devoción de un comerciante arruinado, Ildefonso Álvarez, a su última posesión un retablo de la virgen de la Magdalena, este anteriormente rico comerciante se refugio en las cuevas de la zona y vivió en el lugar como un ermitaño, su ejemplo fue conocido y algunos lo siguieron.
En los siguientes tres años, el eremita luchó para pagar sus deudas y finalmente atrajo la atención de la comunidad cristiana que lo ayudó, para que en 1.585, empezase la construcción de una pequeña capilla en la zona, (algo alejada del núcleo de Antequera). La Peste que asoló la zona en 1.648, dio fama al lugar de milagroso gracias a la curación del Padre Cárdenas, un parroco de Sevilla que habia peregrinado a la pequeña iglesia.
 Esta fama y la entrada de abundantes limosnas, sembró la corrupción entre los ermitaños. En 1.685, los ermitaños fueron expulsados por orden del obispado de Málaga. La orden de los franciscanos descalzos se hizo con la ordenación de la iglesia que en 1691 comenzó la construccion del nuevo convento.
El convento fue abandonado a mediados del siglo XIX. Pero en 2009, se le realizó una cuidada restauración y a dia de hoy es un hotel de 5* en que quedan muchos de los elementos originales del convento de los franciscanos.
Son elementos a destacar el claustro, que se basa en los restos del original, los frescos de las paredes basados en los antiguos escritos del convento y la boveda de la antigua capilla del convento.

Convento de la Trinidad. 1672 – 1683. (Calle cruz blanca)
La orden de Trinitarios Descalzos fundó el Convento de la Trinidad en Antequera en Agosto de 1637. El actual templo fue levantado entre 1672 y 1683. Es de estilo barroco muy clasicista. El interior resulta amplio, tiene planta de cruz latina, cúpula en el crucero y capillas laterales comunicadas, formando naves. A los pies se sitúa el coro.
En 1935, como consecuencia de un incendio, el Convento de la Trinidad se destruyó totalmente el retablo mayor y desaparecieron las imágenes que ocupaban los nichos y el camarín. Las naves laterales no se vieron afectadas. La sacristía tiene una gran importancia arquitectónica. Tiene planta rectangular y bóveda de complicada estructura. La decoración añadida sugiere una cierta inspiración oriental.
 Iglesias.
Iglesia de San Miguel. 1784 – 1785.
Originariamente era de estilo barroco, pero en 1954 se llevaron a cabo un importante número de obras, así que de la obra original sólo se conserva la capilla mayor, el camarín de ésta y la espadaña. El resto del templo se hizo prácticamente nuevo, siguiendo los diseños similares al antiguo, si bien se aumentó la altura de la nave central. Además se incorporó la portada de caliza roja procedente de la antigua iglesia de las Huérfanas. En la actualidad el elemento arquitectónico de mayor interés lo constituye su espadaña de ladrillo, con dos cuerpos sobre el nivel del tejado, apeados sobre una especie de peana panzuda. El primero de ellos abre dos huecos con arcos de medio punto entre pilastras toscanas, esquema que se repite en el cuerpo superior que es de un solo hueco; jarrones de cerámica vidriada y el amplio vuelo de las cornisas contribuyen a definir su silueta. La imagen titular de San Miguel, que preside el camarín del retablo mayor, es una escultura de tamaño algo menor del natural y obra del siglo XVI. La peana sobre la que aparece es obra de estilo rococó.

Real Colegiata de San Sebastián. 1540 – 1549.
Situada en la plaza del mismo nombre, la portada es de estilo plateresco (una corriente artística, especialmente arquitectónica, tradicionalmente tenida por exclusiva de España y sus territorios, que apareció entre el último Gótico y el Renacimiento, a finales del siglo XV). La conocida torre de ladrillo, de 60 metros de altura, es uno de los emblemas de la ciudad. Es de estilo barroco y está coronada por un ángel-veleta conocido como el Angelote, y mide 3 metros y medio. Suprimidas la mayoría de las colegiatas españolas por el Concordato de 1851, se le restauró el título en 1889 dado por el papa León XIII. Aunque sigue utilizando la titulación, desde los años 70 del pasado siglo no tiene actividad capitular.

*Colegiata: templo católico, que sin ser catedral, posee un cabildo (un consejo de clérigos instituido para ayudar al obispo). Los motivos para erigir una colegiata pueden ser la existencia anterior de una catedral en la misma ciudad, querer dar importancia a una población sin poner sede episcopal, para mayor esplendor del culto, etc. En la actualidad se denomina colegiata a una iglesia principal que no es sede obispal (catedral), y donde los oficios divinos se celebran con similar liturgia a la de las catedrales.

Iglesia de Santiago.
La iglesia de Santiago se erige como simple ermita en el año 1519, y desde 1822 hace las funciones de parroquia. El templo que ha llegado a nosotros debe ser de mediados del siglo XVIII. Muy interesante es su exterior, en el que se fusionan la fachada-espadaña con una especie de capilla-tribuna. Hay que señalar también en esta fachada recuerdos mudéjares, como la propia estructura del porche camarín o la bóveda del pórtico bajo. El interior es muy sencillo, de una sola nave cubierta con bóveda de medio cañón y capilla mayor con media naranja. En el retablo mayor se abre el camarín de la Virgen de la Salud, espacio rococó de blancas y rizadas yeserías realizado en el año 1765. La imagen de la Virgen es del siglo XVII y se ubica sobre un templete de madera dorada. El resto de la iglesia se encuentra decorada con pinturas al temple imitando cortinajes y otros motivos. En la actualidad presenta cuatro retablos laterales de poco interés y la capilla bautismal. En la sacristía se guardan piezas de orfebrería de gran valor.

 Iglesia - Convento de los Remedios. 1628.
El Convento de los Remedios es la primera fundación en Antequera de los Franciscanos Terceros fue en el año 1519, en un lugar conocido como Las Suertes.
Allí empezó a ser muy venerada la pequeña imagen de la Virgen de los Remedios, nombrada posteriormente Patrona y Alcadesa Perpetua de la ciudad. A consecuencia de lo alejado del monasterio y al aumento del culto hacia la escultura, los frailes se trasladaron a la ciudad e iniciaron las obras de la iglesia actual (1628). La fachada presenta una disposición original.
Convento de los Remedios destaca por un pórtico y una bellísima espadaña realizada totalmente en piedra. La planta de la Iglesia es de cruz latina, con naves y capillas laterales, presentando cabecera plana. Las pinturas al temple cubren todo el templo. El retablo mayor de la Iglesia es uno de los más bellos de los existentes en Antequera

Iglesia - Convento de San Agustín. 1550  1556.
La portada ofrece una composición manierista* , destacando un volado balcón que le aporta cierto aire civil al edificio. La torre, de estilo manierista se eleva hasta la cornisa del tejado y dos más con chapitel bulboso embutida entre dos contrafuertes. Torre que  ha sido restaurada en el año 2012 por el Área de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Antequera. Muy diversas han sido las reparaciones que ha sufrido este templo, se destacan las de 1668 que se cambia la armadura mudéjar de la nave. La capilla mayor fue remodelada dentro del estilo manierista, a ella se accede mediante un gran arco triunfal de medio punto. Tiene planta rectangular y cubierta con bóveda gótica, espacio cubierto con decoración de yeserías y con lienzos embutidos con la vida de San Agustín.

Iglesia de Ntra. Sra. De Loreto.
La iglesia dedicada a Nuestra Señora de Loreto comenzó a ser construida en 1693, por orden de los Jesuitas, a quienes pertenecía también el colegio que se alza junto a la misma. El edificio en su conjunto es conocido popularmente por el nombre de “Las Recoletas”, debido a las Agustinas Recoletas, que se albergaron en él después de su abandono por los Jesuitas. En la actualidad, tanto la iglesia como el colegio pertenecen a las religiosas Filipenses de Nuestra Señora de Los Dolores. En esta iglesia nos encontramos con el ejemplar de fachada más monumental de todo el barroco antequerano, estando realizada íntegramente en piedra de sillería, como exigía el concepto de prestigio externo de los Jesuitas. En cualquier caso, las obras de la fachada no se concluyeron. El interior del templo está inacabado en su cabecera. Tiene una sola nave cubierta con bóveda de medio cañón y cuenta con amplias tribunas comunicadas entre sí. Su decoración es a base de yeserías, de extraordinario efecto ornamental y riqueza. El retablo mayor, mezcla de estilo barroco y neoclásico, cuenta entre sus imágenes más destacadas con una Divina Pastora, del siglo XIX, y un Crucificado, de figura estilizada y composición inquieta, que debió de realizarse a comienzos del XVII. En una pequeña capilla de la iglesia también se puede apreciar una imagen de la Virgen del Tránsito, acostada en una magnífica cama de aparato, de estilo rococó. Cabe resaltar, por otra parte, en una hornacina situada en medio de una pilastra, un San Francisco de Borja, atribuido a Pedro de Mena. En el capítulo pictórico de esta iglesia, teniendo en cuenta que en su día perteneció a la Compañía de Jesús, la mayoría de los lienzos abordan temas relacionados con los Jesuitas.
 Real Colegiata* Sta. María la Mayor. 1514 – 1550.
Es una obra de transición entre el gótico tardío y el Renacimiento y tiene el honor de ser el primer templo que se concibió dentro del estilo renacentista en Andalucía y una de las primeras de España. Declarada Monumento Nacional, la fachada de sillería fue construida con piedras procedentes de los restos de Singilia Barba (ciudad romana localizada al noroeste de Antequera, en los terrenos del cortijo del Castillón y cuya existencia es conocida desde el siglo XVI).  La torre, situada a la derecha de la fachada, es una construcción tardía del siglo XVII que no sintoniza con el estilo de la obra original, aún más la espadaña superior. En el interior destacan sus columnas jónicas y su artesonado mudéjar así como la bóveda gótico-mudéjar del Altar Mayor.

Iglesia de San Pedro. 1522 / 1574 – 1636. (junto Calle Cruz Blanca)
El templo original se construyó en 1952, pero al quedarse pequeño se reconstruyó en 1574. Por la escasez de medios y al tratarse de una obra ambiciosa, su reconstrucción se alargó durante muchos años. Está dentro del grupo de iglesias renacentistas antequeranas, aunque a diferencia de las demás, en su interior no tiene artesonado mudéjar, sino bóvedas de crucería de estilo gótico. El salón de columnas de San Pedro resulta de gran magnitud, pero pobre en decoración. Los apoyos internos son pilares y altísimas columnas de fuste liso, respondiendo a un modelo más gótico que renacentista. Las bóvedas de crucería de gran sencillez, están decoradas con yeserías de estilo barroco en la cabecera de la nave del Evangelio.

Iglesia del Carmen.
Fue construida en estilo mudéjar entre finales del siglo XVI y principios del XVII.
Este templo, que fue de Carmelitas Calzados y hoy es sede de la antigua parroquia de Santa María, está situado en un escarpe, junto al río de la ciudad. Está declarado Monumento Nacional. Es sin ninguna duda uno de los conjuntos monumentales más importantes de la ciudad. Aparte de su interés arquitectónico, hay que destacar la importancia de su corpus de retablos barrocos, que hacen a este edificio único en la provincia de Málaga.
La portada del templo, realizada en piedra arenisca, se abre por un arco de medio punto jalonado de medias columnas toscanas que sostienen entablamento y frontón curvo y partido. Aún se conserva a la izquierda de la portada, el primer cuerpo de la desaparecida Torre del Gallo, que se demolió en el año 1883. En el interior, la monumental armadura mudéjar de la nave está fechada entre los años 1612 y 1614. El alzado de la nave y la capilla mayor desarrollan un interesante programa arquitectónico de progenie manierista, destacando la decoración de la cúpula de media naranja con sus cintas entrelazadas, guirnaldas, mascarones y cabezas de angelotes. A los pies de la nave de la Epístola se encuentra la Capilla de la Soledad, que es una especie de templo independiente con su capilla mayor y nave. La decoración de yeserías de esta pieza se puede fechar en torno al 1720.
 Ermitas y Capillas.
Capilla de la Virgen del Socorro. Siglo XVIII.
También llamada Capilla del Portichuelo, por estar situada en la plaza del mismo nombre. Esta plaza á considerada como uno de los conjuntos más interesantes del urbanismo castizo andaluz. La capilla fue construida en 1715 y está dedicada, junto a otras repartidas por toda la ciudad, a difundir la devoción a la Virgen del Socorro, imagen de dolorosa que se venera en la cercana Iglesia de Santa María de Jesús. Su función específica también se ha relacionado con las posas americanas, en el sentido de servir de parada ritual durante el desarrollo de la Semana Santa Arquitectónicamente es de una gran originalidad, presentando dos plantas de galerías abiertas y un ático cerrado a manera de cubo coronado por un tejadillo a cuatro aguas. En su fábrica se combina la piedra y el ladrillo mezclado con las superficies encaladas de blanco. El aspecto actual de monumento, que sufrió diversas restauraciones a lo largo de este siglo, se debe a la intervención llevada a cabo en 1963 por Francisco Pons Sorolla. Este mismo arquitecto urbanizó todo el ámbito de la Plaza del Portichuelo, siguiendo los criterios utilizados en la época para la remodelación de cascos históricos.

Capilla Tribuna de la Cruz Blanca. 1774.
Fue dedicada a la Virgen del Socorro y se utilizó como vehículo de difusión devocional y como punto de parada ritual en la procesión del Viernes Santo. Se ubica este monumento enfrente de las calles Santa Clara y Lucena. Estilísticamente se encuadra dentro de un barroco muy tardío. Su maqueta es bastante sencilla, presentando planta trapezoidal y dos cuerpos con triple arcada en cada uno de ellos. La decoración es, asimismo, de la máxima sencillez.

Ermita de la Vera Cruz.
Este templo, que corona una de las partes más altas de la ciudad, desde donde se puede divisar toda ella y la Vega antequerana, se levantó en un estilo renacentista mezclado con elementos manieristas y pequeños detalles barrocos de yeserías en algunas capillas.
La ermita se levantó por una devota a la Santa Vera Cruz y con el tiempo, se convirtió en el lugar en el cual las cofradías antequeranas, y muy especialmente la Hermandad de la Vera Cruz y Sangre de Cristo hacían su estación de penitencia. Estas se sucederían hasta el siglo XIX. Desde este momento, la transformación y el escaso uso, así como su abandono, llevarían a los dueños a cederla al Ayuntamiento a finales de los años 70, deteriorándose poco a poco, encontrándose a finales de los años 80 casi destruida en su totalidad. En 1997, el templo se ha vuelto a levantar, basándose en la planta original, añadiéndosele nuevos cuerpos, que le permitan adoptar su nueva dedicación como museo y mesón.
  Arquitectura Civil.
Palacio Marqués de las Escalonias.
Su construcción debe fecharse a comienzos del siglo XVII. Se articulan en su fachada dos plantas y un amplio ático o sobrado, que se dividen verticalmente en cinco calles; dos ejes más, le fueron añadidos en época posterior. La portada es ejemplar interesantísimo dentro del manierismo civil en Andalucía. Su primer cuerpo es de pilastras toscanas almohadilladas. En el segundo cuerpo de la portada se disponen pilastras cajeadas, entablamento y frontón triangular decorado con tacos. Estas pilastras se coronan, con unos grandes triglifos más volados en su parte inferior y umbraleados de gotas. Se trata, de un recurso muy del gusto de los manieristas italianos que bebieron en la producción última de Miguel Angel. Al interior del palacio se accede a través de un amplio zaguán, con mayor desarrollo espacial hacia la izquierda, y después de atravesar una bella cancela de hierro. Se cubre el referido zaguán con artesonado muy sencillo, situándose ménsulas en los extremos de las vigas. El patio resulta original en el conjunto de la arquitectura local, ya que presenta un sólo ala de galerías, en la que se disponen tres logias superpuestas, presentando columnas toscanas y arcos de medio punto en las plantas baja y principal y una estructura arquitrabada en el último. Estas galerías quedan abiertas a un recoleto jardín, rehecho a comienzos de nuestro siglo con cierto gusto romántico.

Arco del Nazareno
Se trata originalmente de una capilla callejera construida en el siglo XVIII, época de gran proliferación de este tipo de lugares de culto de imágenes sagradas.
El primitivo arco construido en el siglo XVIII fue demolido, por su estado de ruina, en 1959, inaugurándose la nueva obra en 1963. Una leyenda popular acompaña la historia de esta singular construcción, la cual fue recogida por la poetisa antequerana Victorina Sáenz de
Tejada en un romance titulado "El Nazareno de la calle Nueva".
 Existía en la ciudad un caballero llamado Luis de Zayas, conocido por la vida alocada que había seguido en su juventud. Aunque abandonó sus malas costumbres casándose, asistiendo una mañana a la  iglesia
de la Encarnación quedó prendado de una joven que tomaba el hábito de religiosa. Desde entonces, no pensó en otra cosa que no fuera conseguir los favores de la novicia.

Algunos meses después, obtenido el cariño de la muchacha, en una noche tormentosa se lanzó al interior del jardín donde esperaba hallar a su amada. Al no verla allí, se aventuró al interior del convento, encontrándola dormida en su celda. Tras despertar a la joven ambos salieron al pasillo, cayendo ella de rodillas totalmente arrepentida ante una imagen de María. El hidalgo abandonó allí mismo a la joven corriendo presuroso a la calle, cayendo desvanecido al llegar a la entrada de la calle Nueva.
Al amanecer fue encontrado por algunas personas que lo acompañaron a su casa, confesándose ante su mujer, a la que contó que había visto la imagen de Jesús con la cruz sobre sus hombros al llegar a la esquina de la calle. Como muestra de su arrepentimiento, quiso expiar su culpa con la fundación de un arco sobre el que colocaría, alumbrada perpetuamente por seis luces, la imagen de Jesús Nazareno.

Casa Boudere
Cuando uno llega a la Iglesia de San Sebatian, lo primero que sorprende es su alta torre, que se divisa en muchos puntos de la ciudad de Antequera, y junto a lado haciendo esquina, podemos ver esta casa-palacio, una maravillosa obra de la arquitectura civil de la época de pleno auge de la ciudad, la Casa Bouderé.
A principios de este Siglo, fué construida la Casa de los Bouderé , bajo planos del arquitecto Daniel Rubio. La casa tiene una estética de estilo eclecticista francés, y lo que mas llama la atención de su fachada son los grandes balcones con unas bonitas y trabajadas rejas de fundición.

Palacio de Nájera. S. XVIII. Pza. del Coso Viejo.
Actualmente Museo de la Ciudad de Antequera. Se comenzó la construcción de este palacio en el primer tercio del siglo XVIII. Su fachada muestra dos partes claramente diferenciadas en el tiempo. La más antigua, que corresponde a las plantas baja y principal, es de comienzos del siglo XVIII, mientras que la torre-mirador y el cuerpo del ático se levantaron ya en la segunda mitad del siglo referido. Su maqueta responde al típico esquema de torre civil antequerana, que se venía repitiendo en la ciudad desde el siglo XVI. A través del zaguán, accedemos al patio claustral, de estilo barroco. Este tiene planta cuadrada y dispone doce columnas de orden toscano, sobre las que descansan arcos de ladrillo y un segundo cuerpo bastante compacto. También dentro del capítulo arquitectónico tenemos que destacar la magnífica caja de escalera. Presenta planta cuadrada y doble tramo de ida y vuelta, cubriéndose con cúpula decorada con profusas yeserías.

El Pósito. S. XVII.
Era el almacén de trigo con el que el ayuntamiento de la Ciudad intentaba asegurar el aprovisionamiento normal del grano a toda la población. Actualmente es la sede del Archivo Histórico Municipal. El edificio podemos fecharlo hacia el siglo XVII, si bien a lo largo del tiempo sufrió numerosas transformaciones y añadidos.

Palacio de los Marqueses de la Peña de los Enamorados. C/ Carrera.
Su construcción corresponde a la segunda mitad del siglo XVI, aunque el aspecto general que ahora presenta dista bastante del que tenía originariamente. Ello es debido a las distintas reformas y añadidos que ha sufrido a lo largo de su existencia. Presenta al exterior siete ejes de huecos, con rejas en planta baja y balcones en la principal, rematándose en un ático o sobrado, que se le añadió modernamente. Las torres siguen el modelo antequerano. Interiormente se conserva muy poco de la disposición primitiva, debido al incendio sufrido durante los sucesos de la última guerra civil. El patio, sólo tiene tres alas columnadas. Cada una de ellas presenta una danza de cinco arcos de ladrillo sobre columnas toscanas de caliza roja del Torcal.

Teatro – Cine “Torcal”. 1932 – 1934.
Construido en la II República, el edificio está declarado como Bien de Interés Cultural. Por su decoración de formas angulares y por su volumetría puede considerarse dentro de la estética Art Decó. A principios de los años 50 fue adquirido por la familia Molina que, encabezada por don Francisco Molina Pérez administró el inmueble hasta hace pocos años. El teatro es de propiedad municipal y en él se celebra, entre otros escenarios, el festival barroco de músicas y comedias. En 2008 el Ayto. aprobó un proyecto para reformar y ampliar el edificio que permitirá un aforo de 650 personas. 

Caja de Ahorros de Antequera. 1932.
Edificio en esquina que combina elementos manieristas, barrocos, neoclásicos y modernos, destacando su portada con arco de medio punto, columnas y chaflán. También de la II República, se construyó en 1932 para albergar la sede de la Caja de Ahorros de Antequera, fundada en 1902 por el jesuita Padre Ferris y Rafael Bellido Carrasquilla, estrechamente unida al Ayuntamiento de Antequera y a la Iglesia. En 1992 se unió al grupo Unicaja, y actualmente el edificio alberga en su interior la Sala de Exposiciones de dicha entidad.

Palacio Marqués de Villadarias. C/ Lucena.
Tiene una portada de tres cuerpos de caliza roja del Torcal, que es, sin duda, la obra de mayor empeño en su género de las que se levantaron en Antequera. Se tiene constancia documental de que las obras del palacio estaban ya iniciadas en el año 1711. De la fachada, de proporciones inhabituales en la arquitectura palacial antequerana, lo que más destaca es la portada, que mezcla elementos barrocos y clásicos y está dividida en dos cuerpos. El primer cuerpo, que es el único que invade la calle ampliamente, dispone cuatro columnas toscanas con capiteles ovados, que se sitúan sobre plintos y en planos verticales distintos, estando fondeadas de pilastras cajeadas. El entablamento decora sus metopas con flores de lis y flores planas. Sobre este primer cuerpo se sitúa el amplísimo balcón. Finalmente, el último cuerpo de la portada está rematado con frontón curvo guarnecido de róleos y pirámides. El resto de la fachada, salvo la cornisa que recibe el tejado, fue remodelado en el siglo XIX con escaso acierto. El interior del palacio es de una magnificencia acorde con la monumental portada. El patio tiene planta cuadrada y en la plata baja tiene arcos de ladrillo sobre doce columnas toscanas de caliza roja del Torcal. La caja de la escalera, situada en el lateral izquierdo del cuerpo de casa, tiene planta rectangular y se cubre con bóveda elíptica sobre pechinas. Las yeserías que decoran esta cúpula responden a modelos muy del siglo XVII.

Hospital de San Juan de Dios.
Del primitivo Hospital aún se conservan el patio principal, levantado en la segunda mitad del siglo XVIII y reformado posteriormente en su galería superior, así como la caja de la escalera. Ésta, que es el único ejemplo existente en Antequera del tipo “imperial”, debió levantarse a finales del siglo XVIII. La fachada del Hospital, que estaba bastante mutilada, la devolvieron a su diseño original en 1986, respondiendo al modelo de “fachada-armazón”.

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