sábado, 26 de marzo de 2011

Tajos del Sabar. Tajos Gómer, Doña Ana y Fraile

 Nuestro querido Juani, coordinador de la sección de Pasos Largos "Comando Preston", había preparado con gran cariño y dedicación ésta ruta por los Tajos del Sábar, a la cual, acudimos Pasos Largos de toda la provincia de Málaga, Sevilla y Cádiz.
 Salimos del pequeño pueblo de Alfarnatejo, donde había fijado Juani el punto de encuentro a las 9:30 de la mañana. Desde alli, y tras cruzar el pueblo, y el río Sabar, llegamos a la fuente del Conejo, auténtico inicio y final de la ruta. En principio estaba previsto seguir el camino de tierra durante un buen trecho, en ésta primera parte de aproximación al tajo Gómer, aunque por recomendación de algunos compañeros autóctonos, tomamos una verea que nos llevaba hacia el Gómer por un camino bastante más entretenido, aunque a la postre tardamos algo más que por la pista.
 La verea iba avanando entre rocas perdiéndose y apareciendo mil veces ante nosotros, y encaminandonos a unos tajos, que salvaríamos por el paso de "mal pasillo", donde un mal paso como su propio nombre indica, te puede dejar KO.
 El Paso, a pesar del cortado que encontrábamos a la izquierda, era lo suficientemente ancho para pasar sin complicaciones, más difícil lo tendrían antiguamente cuando por éste lugar pasaban con las bestias cargadas.

Uno a uno fuimos salvando éste obstaculo, aunque lo peor vendría más adelante, y es que entre el roquedo, la vegetación que nos iba cerrando el paso, y que finalmente, cada uno termino el tramo por donde mejor pudo, unos algo más al norte, comandados por Paco Leal y Valentín, subiendo por rocas casi imposibles, otros un poco más hacia abajo, buscando zonas menos escarpadas pero con mucha vegetación que dificultaba algo el paso.
Y es que encontrar el lugar correcto en éste laberinto de roca y vegetación no era cosa fácil.

 Finalmente, con el grupo reagrupado, llegamos a los pies del Tajo Gómer, y comenzamos a ascender hacia la cara sur, buscando el paso llamado la V.
 Primeramente con una ascensión de pendiente bastante pronunciada, que nos acercaba hacia la pared rocosa
 Y posteriormente, ya siguiendo el sendero marcado con pintura roja y azul, que nos iba encaminando por el mejor sitio para pasar, sin evitar un zigzag endiablado con zonas de trepada.
Tras ésta primera parte de ascensión, llegamos a un pequeño collado, donde tras reagruparnos, Juani avanza para marcar por donde continuar la ascension.

Vamos avanzando ahora siguiendo a Juani, lo más pegados a las rocas a nuestra izquierda que podemos, para afrontar al fondo una fuerte subida, con un desnivel bastante considerable, y encarar ya la última parte de subida, algo más sencilla.
Trás una última trepada, accedemos a la crestería y avanzamos hacia el oeste, donde está el punto más alto del Gómer, y el buzón montañero que lo señaliza.
En éste punto nos hicimos una foto histórica Eduardo, el profeta del Tajo Gómer y yo, ya que ambos, era la primera vez que lográbamos hacer cima en ésta afamada cima, él tras intentarlo varias veces y evitarlo la meteorología adversa y yo por ser la primera vez que lo intentaba.
Ahora tocaba deshacer el camino hasta la base del Gómer, y ascender siguiendo el tajo por la cara norte hasta un collado próximo, que nos dejaría entre el Doña Ana y el Fraile.
De camino hacia el collado, Herminia Valentín y yo, que ahora comandabamos el grupo, nos hicimos ésta foto estrenando también la nueva bandera de pasos largos, con el Gómer detrás.
Una vez en el collado, parte del grupo se quedó reponiendo fuerzas y el resto avanzó hacia el cercano Tajo de Doña Ana, que alcanzamos con relativa facilidad, al ser el más alomado de los tres, aunque el terreno pedregoso no nos dió respiro alguno.
Como colofón, bajamos del Doña Ana, y pasando cerca del resto de compañeros, de los que algunos se nos reincorporaron para éste ultimo tramo, y otros tomaron la vía de escape hacia el rio Sabar, nos despedimos de éstos últimos, y comenzamos a subir buscando la manera más sencilla de llegar a un pequeño collado que veíamos en la distancia. Una vez alcanzado el collado, se avanza cresteando, con una valla al lado, hasta alcanzar la cima del tajo Fraile, que es el más elevado de los tres.
Alli nos hicimos la última foto de grupo, y reemprendimos la marcha, retrocediendo hasta el collado por el que accedimos a la crestería, y bajando hacia el Norte, para por una cómoda cañada, descender hasta el carril de tierra por el que pasamos a la mañana, y llegar a refrescarnos a la fuente del Conejo.
Como a algunos, el agua de la fuente no los sació lo suficiente, concluimos la ruta en un barecillo en el pueblo, con unas cervecitas fresquitas que supieron a gloria.

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