en estupenda compañía, saliendo desde una pista que encontramos
un poco antes de doblar hacia el área recreativa El Río,
y siguiendo el camino
como ya hicimos Eduardo, Fabiola y yo el año pasado
en la travesía Almijara 2014,
una vez tomamos el sendero,
comenzamos a pisar nieve,
asi que en mi caso, cambio de calzado, sacando las botas de alta montaña
y las polainas,
ya que a partir de aqui no saldremos de la nieve hasta el collado de las víboras
alcanzamos el collado de la torrecilla
para a continuación dirigirnos hacia la izquierda del arroyo de la Cueva de don Pedro
en su parte más alta
poco antes de volver a cruzar el arroyo, pasamos la boca de esta cavidad
tras cruzar el arroyo
ascendemos hasta enlazar en la Proa del Barco con el sendero de Canillas
por donde el tránsito se hace de forma más cómoda
por lo menos mientras caminamos por el sendero más marcado
con unas vistas impresionantes
y el mar y Velez Málaga al fondo
nos aproximamos al punto clave,
aqui el viento nos azota sin piedad, la nieve se levanta y nos golpea, y se cubre de nubesalcanzando la cima en un momento de claro, pero sin clemencia por parte del viento
que hace que la estancia en la cima sea muy breve
enseguida comenzamos el descenso
que al transcurrir por la cara norte,
se presenta con una inmensa cantidad de nieve,
lo que dificultará enormemente la progresión
y endureciendo más aún el recorrido
nos encaminamos hacia este bosquecillo
pasando zonas donde la nieve nos llega por encima de las rodillas
Afortunadamente Paco Leal me relevó en ésta parte del descenso abriendo camino
hasta alcanzar ésta fuentecilla
a partir de aqui, vuelvo a tomar la cabeza del grupo
aunque éste se fraccionará un poco
ya que el bosque, que parece sacado de Narnia,
incita a pararse y deleitarse haciendo fotos
pero el tiempo corre, son mas de las 16:30 y no conviene que nos coja la noche con nieve
asi que prosigo abriendo camino
a la derecha, el cerro donabuelo
y por delante, un tramo largo de nieve prácticamente virgen
en la que estoy a punto de lesionarme una rodilla al trabarme con la nieve que casi me cubria 3/4 de la pierna
por suerte, queda en solo un susto, y proseguimos
descendiendo hacia el collado de las víboras
cruzandonos con algunas cabras montesas
y parando a tomar un bocado mientras llega el resto del grupo
con las últimas luces del atardecer
En éste punto, y ante la inminente escasez de luz descendemos por la pista hasta el Alcazar
donde terminamos la ruta, y recibimos el adiós por parte del comité de despedida
un zorrillo que comió de mi mano, de la de Romualdo, y de la del doctor Leal,
que le aplicó un tratamiento a base de vitaminas y minerales
¡Genial! :D
ResponderEliminardia para recordar muchas gracias
ResponderEliminar