jueves, 14 de enero de 2016

Peña de los Enamorados

Desde la antiguedad, ésta montaña estuvo envuelta en un manto de misterio
 y es que para los primeros pobladores que se asentaron en la zona, fue una montaña sagrada
 por su silueta de persona durmiendo.
 Para algunos de los que hoy hacen la ruta un desafío, o un deseo de subir desde tiempo atrás
 que además, realizaremos por el trazado más complicado y espectacular posible
 accediendo a la cresta que forma la pluma de la figura del indio tumbado.
 el acceso a ésta, se puede realizar por varios puntos, yo lo he hecho por tres,
 y en ésta ocasión, opto por el más accesible dentro de la ya por si complicada subida.
 Complicada especialmente por el tipo de terreno, y por tener que estar con los 5 sentidos
 en todo momento.
 Una vez accedemos a la cresteria, que ya digo, se puede enlazar desde más abajo, aumentando la complejidad y dificultad,
 podemos continuar por la arista, o un metro por debajo de ésta
 Eso si, los que prosigamos por la arista, encontramos dos pasos de infarto
 que aunque cortos, resultaran bastante comprometidos por su estrechez y la posible caida hacia el oeste.
 Oeste donde se ve la ciudad de Antequera, el Torcal, el Camorro Alto, o la Sierra del Huma - Capilla (El Chorro)
 Una vez finalizada la cresta, entramos en una zona de canchal bastante empinado, pero muy amplio
 con algunas zonas donde poder detenernos con cierta amplitud
 pero lo más importante, cada vez con más inclinación,
 y haciendo necesario el uso de las manos en muchos momentos,
 es por ello que ésta no es una subida al uso, cuando se termina, especialmente al día siguiente,
 se suele resentir la musculatura de todo el cuerpo, especialmente brazos.
 En los últimos metros, se presenta una trepada por un canuto, bastante asequible si se ha llegado aqui
 mientras vemos al Este, Archidona y la Sierra del Conjuro, con una ascensión igualmente delicada.
 Tenemos por delante un pequeño cresteo por la zona de la cima,
 con alguna repisa
 antes de llegar a la punta de la nariz
 donde encontraremos el buzón montañero
 y el deteriorado vértice geodésico,
 que hace las veces de pararayos.
 Para bajar, retrocedemos hasta poco antes de la repisa en la antecima
 e iremos descendiendo buscando el bosquecillo justo debajo nuestra
 manteniendonos primeramente pegados a las paredes, para luego ir bajando hasta un primer collado.
 Desde el collado, encontramos algunos hitos, y el sendero más marcado, pero también resbaladizo.
 Igualmente es recomendable el pantalon largo por la presencia de numerosas ortigas.
 Llegados a un punto, en lugar de girar hacia el Sureste para descender por el valle,
 giramos al Norte, para buscar la barbilla y la nuez del indio.
 Tras localizar un punto por donde descender un pequeño cortado, avanzamos rodeando ésta zona
 bajo los inmensos tajos
 donde encontraremos vías de escalada y alguna covacha.
 En la zona se sabe que hay pinturas rupestres, pero no las pudimos localizar.
 Tras la parada para el almuerzo,
 seguimos rodeando La Peña
 siguiendo el sendero que los escaladores utilizan como aproximación a las vías
 y que tienen señalizado y cuidado con mimo y detalle. Ya quisieran muchos parques naturales poder conservar así sus senderos. (Si, este comentario va especialmente por la nefasta conservacion de los senderos de Sierra Tejeda, Almijara y Alhama).
 Por el camino, numerosas cabras montesas se nos cruzarán
 ascendiendo por las paredes casi lisas
 y moviendose con una soltura increible
Tras terminar de rodear La Peña, enlazamos con el camino de ésta mañana, para deshacer el poco más de un km que nos queda hasta los coches.

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