Finalmente para completar el día, fuimos hasta Archidona, donde tras un café se nos unió Fabiola
que venía de competir en MTB y llevarse dos copas
Nos pusimos enseguida manos a la obra
con esta sencilla ferrata, pero con algunos detalles feos que dejaron los que la montaron.
En cualquier caso, es solo mi opinion.
Nosotros mientras a lo nuestro
El puente tibetano, muy flojito, se movia como un garbanzo en la boca de un viejo.
y tras terminar,...
regreso a los coches.
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