Tras las ferratas y la ruta (paseo) de ayer,
hoy nos enfrentabamos a algo más serio,no por distancia, pero si por dificultad técnica,
iniciabamos el ascenso de la Peña Negra pasadas las 8:15 de la mañana,
mientras el dia intentaba clarear,
y digo intentaba, porque al hecho de comenzar el ascenso por la zona de trepada más exigente
hasta enlazar con la crestería,
el día se habia presentado con nubes, y con fuertes rachas de viento
e incluso algunas leves gotas que calleron al principio de la jornada.
Ante éste panorama, decidimos afrontar el ascenso con tranquilidad, y con tiento.
Obviando los tramos más expuestos de cresta,
pero disfrutando como enanos del paisaje que nos regalaban las nubes al pasar
y dejar algunos claros
y caminando con el máximo cuidado,
alcanzamos la cima
donde se nos volverán a abrir claros
e incluso nos sobrevolaran buitres
antes de iniciar un delicado descenso hasta el collado entre las dos cimas de Peña Negra.
desde alli, elegimos la opción de descenso, que volverá a ser la última que hice en solitario
por un embudo empinadisimo,
con unos sobrecogedores espolones
tras alcanzar la zona de la pedrera
ya solo resta seguir el sendero,
a veces algo tenue,
que nos llevará hasta la carretera
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