miércoles, 2 de febrero de 2011

Casa de la Mina - Pradillos

En uno de esos ratos en los que no hay prácticamente nada que hacer, me fui a conocer ésta parte de la Sierra Almijara que conozco bastante poco.
 La ruta se podría empezar desde diversos lugares, desde el campo de futbol de Cómpeta, donde realmente empieza el sendero, desde el puerto del collado, que es desde donde la empecé yo, desde la Casa de la Mina, incluso desde Canillas de Albaida.

Hasta el puerto del Collado accedemos tomando la circunvalación de Competa, desde la Venta de Palma. y siguiendo las indicaciones al hotel rural Casa de la Mina. En el puerto del collado hay una explanada donde hay lugar para dejar algun coche sin estorbar demasiado.
 En el puerto, podremos disfrutar de estupendas vistas de gran parte de la Sierra Almijara




Desde éste punto, tomamos la pista que sale a la izquierda, que en constante subida nos lleva a la zona llamada Cruz de Canillas, hasta donde llega también el sendero que sube desde el campo de fútbol.
La pista deja de ascender y comenzamos a avanzar manteniendo altura, hasta que justo enfrente nuestra, encontramos el sendero que hemos de seguir.
Si en vez de coger éste sendero, tomamos uno que hay dos curvas más adelante, haremos el mismo recorrido pero a una mayor altura y coronando los cerros atalaya y cerro verde.


 Durante el camino nos vamos a ir encontrando con gran cantidad de pinos, que entre la niebla que se iba levantando ese dia, recreaban un paraje tétrico, a lo cual le añadimos las ruinas de las ventas que hallamos por éste antiguo camino de arrieros.

La primera de ellas es la venta Maria Guerrero, que se halla al poco de iniciar éste tramo de sendero.
Durante cientos de años, éste sendero fue transitado por cientos de personas, en un continuo ir y venir entre las provincias de Málaga y Granada.
De hecho, Cómpeta, término en el que nos encontramos, proviene del latín, Compita Orum, que vendría a ser "Cruce de Caminos"

A pesar de que éstos senderos solo son transitados por algunos senderistas, (éste es muy conocido en la zona, y de escasa dificultad) se encuentra en bastante buen estado, y cuando lo

 recorrí, hacía poco que lo habían limpiado de arbustos.

Durante el primer tramo iremos faldeando la ladera del cerro atalaya, cerro de no demasiada altura, que sin embargo, desde su cima, al ser un picacho rocoso, da una gran sensación de altura.
Poco a poco iremos dejando atrás la atalaya, para ir comenzando a recorrer la ladera del cerro verde, que con algo más de altitud, presenta un perfil menos escarpado que el primero.




Pronto llegamos a al que en ésta verea, fue la venta que más importancia tuvo. De ello nos podemos dar cuenta nada más ver el tamaño que tiene la ya ruinosa estructura.


Los muros se extienden a lo largo de la senda, hasta lo que antaño fue un portón, tras el que continua el murete, hasta dar la vuelta y dejar a la vista una gran era, hoy cubierta de pasto verde.

 Finalmente, siguiendo la senda, que toma un aire muy romano, con el suelo pedregoso, y un murete acompañandonos a nuestra derecha, llegamos a la venta Cándido.

Ésta es la última antes de llegar al Puerto Blanquillo y al Puerto de Cómpeta, éste último ya en provincia de Granada.
Aqui se nos plantea la duda, seguir hasta puerto blanquillo, o tomar una senda que baja hasta el barranco de Juan Rojo. Primeramente seguimos hacia puerto blanquillo, donde poco antes de llegar, hallamos el cruce donde tomariamos para acercarnos a la impresionante creta de los civiles. Como la hora límite de retorno que me habia marcado se acercaba, volví sobre mis pasos a explorar el barranco.
Al otro lado, la senda seguía ladera arriba, asi que me dispuse a seguirla, con la intención de alcanzar el carril del Daire, y hacer la exploración circular. Por desgracia, la niebla se hizo más espesa, y al volver un recodo de la montaña, no veia nada a 50 cm, por lo que di media vuelta.
 Junto al barranco que pasé antes, y que volvia a cruzar en sentido inverso ahora de vuelta, habia también una conducción de agua, que supuse me llevaría al carril o a alguna de las ventas por las que pasé antes, por lo que la seguí, craso error el mio, porque la niebla nuevamente y la dificultad del terreno me hizo retroceder nuevamente hasta donde el sendero se unia al barranco, y volver sobre mis pasos a la venta Cándido, que aparecía tétricamente entre la niebla.

Ya con la hora de retorno fijada pasada de sobra, me limité a desaher el camino andado, que no tenía
pérdida ya, por el sendero, hasta la pista de la cruz de canillas y el puerto del collado.
Donde una vez llegue al coche entero, me felicité a mi mismo por la decisión de dar la vuelta, ya que entre la niebla, por un sendero cerrado como el que recorria en la ultima parte, y sin conocer de nada el terreno, perfectamente me podría haber perdido, y estar tal vez 5 metros sobre el carril al que queria llegar.

La próxima, será otra historia.

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